La pasión es lo que diferencia a los ejecutivos "normales" de los que dejan huella en el DNA de las empresas, que realizan sueños y cambian las reglas del juego.
Jack Welsh, uno de los líderes más carismático que ha producido la industria americana de los últimos 30 años y jefe supremo de General Electric, introdujo en la empresa una evaluación despiadada para sus ejecutivos, basada en la "performance"; cada año había una evaluación a 360 grados que resultaba en el despido del 10% de los ejecutivos "peores" y en el ascenso del 20% de los ejecutivos "mejores", para garantizar la excelencia constante.
Había sólo dos excepciones a esta regla:
1. Los ejecutivos que "estaban" con la empresa, es decir que compartían su sueño, tenían 3 posibilidades (es decir tenían 2 años más para probar su excelencia);
2. Los ejecutivos que demostraban "pasión" acababan casi siempre en el grupo del 20%.
En otras palabras, la "pasión" era el elemento que a paridad de competencia hacía la gran diferencia a la hora de elegir a los líderes del futuro en GE.
Léanse por favor su biografía ("Jack")
y la de Lou Gerstner, el CEO que cambió IBM ("También los elefantes pueden bailar").
Encontrarán muchas referencias a la pasión en el trabajo, una característica que denota que nos gusta mucho lo que hacemos, siendo parte de la realización de un sueño, por pequeño que sea.
En mis años de venture capitalist, cuando estaba en la trinchera, en la primera línea de fuego y analizaba junto con mi gente decenas de Business Plans cada mes, para elegir UNO, siempre me fijaba en el equipo fundador: el filtro principal consistía en la determinación que veíamos, en el sueño que adivinabamos detrás de los números, de la tecnología, de los planes de contingencia.
Me he equivocado muchas veces eligiendo proyectos que no llegaron a ninguna parte en su forma inicial, pero siempre encontrábamos la manera de reconducirlos hacía horizontes más viables, cuando al frente había gente competente, honrada en sus aspiraciones y viviendo su pasión por hacer cosas y cambiar el mundo.
Les dejo con este video de Isabel Allende en Ted.com, donde nos habla de pasión y de sueños: disfrútenlo por favor.
Vivan con pasión y huyan de la mediocridad por favor, en su trabajo y en su vida.
Me gustaría agregar a la frase final con la que cierra su post. Y se trata de algo que leí recientemente, donde un estudio decía, que los "genios" no nacen, se hacen...
ResponderEliminarNo estamos destinados a vivir una vida de medocridad, en comparación con aquellos que consideramos genios y que todo lo saben. Sin duda la genialidad, es una combinación de de factores, entre los cuales, se puedden destacar: componentes genéticos, el entorno donde te desenvuelves (incluyo aquí, la familia, la escuela, tus amigos y la sociedad en general. Pero el más importante de todos, y que realmente será la chispa que encienda la diferencia, son las ganas... El compromiso, la constancia, el temple, los deseos de siempre aprender cosas nuevas, de saber más, estudiar más de exigirte y practicar más que los demás... Empezarán a hacer de ti el próximo gran líder, ser humano, visionario, remarkable (como diría seth Godin), en definitiva... El próximo genio.
Trabajar con pasión es una de las principales virtudes de los líderes, además que es algo completamente viral, siempre conseguirás un equipo dispuesto a seguirte y lograr objetivos.
ResponderEliminarUn ejemplo de ésto lo podemos ver en los deportes, siempre que existe en algún equipo, alguien que demuestre pasión por lo que hace, tiene el poder de cambiar su entorno, motivar a la gente y obtener resultados simplemente sensacionales.
Actualmente, nos encontramos viviendo en un mundo donde las personas se dejan llevar por lo que necesitan y no tomamos en cuenta que podríamos conseguir eso que “necesitamos”, si aprovechamos y trabajamos con pasión en lo que nos gusta hacer realmente. Estamos acostumbrados a trabajar en el área o la empresa en la que se consiga el empleo, no importa si esta relacionado con la carrera o es algo completamente diferente.
ResponderEliminarEs por eso, que esa falta de pasión por lo que realmente nos gusta aunado a la mediocridad, es lo que no permite a una persona avanzar en la dirección correcta. Es importante mantenernos enfocados en el continuo aprendizaje, no debemos dejarnos llevar por el montón, hay que tratar de sobresalir a través de nuevos conocimientos o simplemente explotando nuestros talentos. Debemos salir del cascaron y no tener miedo a equivocarnos, porque en lo personal creo que es la única manera de aprender.
A mi juicio, la pasión no es más que ese entusiasmo, inclinación o preferencia que le ponemos a las cosas que hacemos. Necesitamos de ella en todo momento o aspecto de nuestras vidas, ya que sin ese motor de impulso tardaremos más en lograr ese sueño que anhelamos.